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Crítica: "La Mula" de Clint Eastwood

  • Foto del escritor: Luis Javier Sanchez Gomez
    Luis Javier Sanchez Gomez
  • 7 feb 2019
  • 4 Min. de lectura

Primera vez publicado en Periódico El Mexicano el 31 de enero de 2019.

Con una gran filmografía como evidencia, no hay duda alguna del talento y la versatilidad que el galardonado ícono cinematográfico Clint Eastwood conlleva en cada trabajo que presenta. Desde principios de los setenta, después de construir su fama como actor, Eastwood tomó el papel de director y desde entonces no ha mostrado señales de detenerse; experimentando con gran cantidad de géneros como el western, el drama convencional, el romance y hasta el cine bélico.


Durante ésta década, el reconocido artista se ha concentrado en rendir homenajes a importantes íconos de la cultura estadounidense con un variado catálogo de films biográficos, comenzando con controversiales títulos como "J. Edgar" (2011), algunos ignorados por el público como "Jersey Boys: Persiguiendo La Música" (2014) y el resto siendo reconocidos por la crítica, como "Francotirador" (2015) y "Sully: Hazaña En El Hudson" (2016).


Cerca del fin de la década, Eastwood continuó por proporcionar éstas historias de no ficción pero ha demostrado señales de oxidación en sus decisiones creativas. Su film "15:17 Tren A París" (2018), ha sido tan castigada por el público y la industria que fue catalogada por muchos críticos como una de las peores películas de su respectivo año. De igual manera resulta cuestionable su más reciente trabajo "La Mula", film que logra aterrizar exitosamente ciertas ideas pero que al final termina por ser una experiencia poco satisfactoria para el calibre del director.


"La Mula" dramatiza el caso de 'El Tata', un veterano de guerra de noventa años que, al quedar en bancarrota y sin hogar, busca cualquier medio de ganancia monetaria para su subsistencia. Los azares de la vida lo guían y termina por trabajar como transportista de droga para el cártel de Sinaloa. La película recrea sus tiempos en dichas labores y la travesía de la DEA para su búsqueda y captura.


En sí, la película cuenta con una premisa intrigante que logra atrapar a la audiencia de manera inmediata, a pesar de su deprimente material de origen. Cabe mencionar que, más que brillar por su construcción de suspenso y tensión, "La Mula" se distingue por presentar en pantalla a un personaje memorable. Con el nombre de Earl Stone e interpretado por el mismo Eastwood, 'El Tata' es retratado como un hombre de amplia sabiduría, espíritu libre y en busca de redención. El espectador es testigo de sus mejores aptitudes, como su pasión por viajar, el cariño que le tiene a sus amistades pasajeras y su solidaria actitud comunitaria, así como sus características cuestionables, como su negligencia familiar, tendencias ermitañas y sus labores criminales, a pesar de tener conciencia de las posibles consecuencias que conllevan. Un personaje sólido y efectivo que se vuelve la espina dorsal del film y un deleite observar su desarrollo en pantalla.


Sin embargo, el personaje de Earl Stone es desaprovechado, en gran parte, debido a la construcción narrativa y la escritura presentada en el guión. Desafortunadamente, la película es uno de esos casos en el que la trama parece no ir a ningún lado al, básicamente, repetir una y otra vez la misma estructura: Se muestra a Earl en necesidad de dienro, después realiza su transportación y luego se presenta la resolución a sus problemas monetarios; de igual forma es incluida una esporádica escena de la investigación policiaca en busca de nuestro protagonista, pero en lugar de transmitir tensión, estas escenas son percibidas como un recordatorio de que dicha subtrama existe más que funcionar como secuencias esenciales para la construcción narrativa. De ésta manera, la película se siente como una colección de momentos inconexos, en el que solo se tiene al personaje principal y su contexto como puntos de referencia, en los cuales nada realmente importante sucede; sin mencionar que es acompañado por un pésimo trabajo en el diálogo escrito que carece de toda sutilidad al momento de querer desarrollar su discurso y trata demasiado en ser dramático que recae en la superficialidad y llega a ser cómicamente melodramático más que conmovedor.


Es cerca del final en el que los factores previamente mencionados toman forma y logran construir un mensaje acerca de la importancia de la familia y la lección de no descuidarla a pesar de las complicaciones que uno vive en su día a día. Sin revelar mucho de la trama, Earl arriesga todo lo que tiene y en pleno conocimiento de las consecuencias de sus labores, prefiere arriesgar su vida para recuperar el tiempo perdido que le negó a sus seres queridos. Una conclusión que resulta satisfactoria para culminar la complejidad del personaje de Earl pero que es presentada de manera tan apresurada después de infinidad de escenas repetitivas y redundantes que la hacen carecer de fuerza y relevancia.


A fin de cuentas, "La Mula", no resulta ser un tropiezo cinematográfico como lo fue "15:17 Tren A París", en sí resulta una pieza de entretenimiento aceptable para pasar el rato. Sin embargo, no se puede ignorar que el talento y el calibre de Eastwood han sido desaprovechados en una historia que no da el ancho para mantenerse en la relevancia cinematográfica como sus pasados títulos. Se espera del director estadounidense la presentación, en un futuro cercano, de un mejor despliegue audiovisual que quite el mal sabor de boca que 2018 ha dejado en su filmografía.



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