Crítica: "WiFi Ralph" de Rich Moore & Phil Johnston

Primera vez publicado en Periódico El Mexicano el 30 de noviembre de 2018.

Sin mucho preambulo, "WiFi Ralph" es una de las secuelas más sólidas y entretenidas que Disney ha proporcionado en mucho tiempo. Después del éxito crítico y comercial de "Ralph El Demoledor" (2012), que brilla por su excelente animación y el uso referencial de la cultura gamer para su desarrollo narrativo y propuesta cómica, era de esperarse que, eventualmente, una segunda parte llegara a las salas de cine. La única incógnita era: ¿Cómo Disney lograría darle seguimiento a una película que en realidad no necesita una segunda parte? Esa pregunta fue respondida durante el fin de semana de estreno.

Esta secuela sigue los pasos de Ralph y Vanellope, un par de personajes de videojuegos que viven dentro de un negocio de maquinitas, después de formar su inquebrantable amistad en la primera parte. En una de sus muchas travesuras, el juego de Vanellope se descompone; depende de ambos protagonistas entrar al mundo del internet y conseguir la pieza necesaria para arreglar el juego antes de que el dueño del negocio tenga que venderlo y así perder su amistad para siempre.

En esencia, "WiFi Ralph" sigue la misma fórmula narrativa y cómica de su predecesora, solo que su caso, en lugar de enfocarse en referencias de videojuegos, utiliza las cotidianidades y tendencias de consumo de internet modernas para presentar un film que funcione como pieza de entretenimiento para niños, jóvenes y adultos. En éste sentido, la película realiza un excelente trabajo en converger dichos elementos tanto con la historia, la comedia y el lenguaje cinematográfico. El diseño del mundo de internet resulta atrapante gracias a la colorida dirección de arte, en la que se puede ver una representación visual original de las páginas web y aplicaciones que acompañan el día a día del mundo actual.

Francamente, se temía que éste factor referencial del consumo de internet resultara un obstáculo y se viera incluido de manera forzada y sin ningún efecto en la historia, tal como sucede en el fracaso total que fue "Emoji: La Película" (2017). Sin embargo, los realizadores logran que toda tendencia presentada funcione de manera fluida y natural, ya sea directamente con la construcción narrativa o al proporcionar una divertida escena cómica. De igual forma, el cuidado puesto en el diálogo escrito y el equilibrio presentado con el nivel de comedia física funcionan para que cada miembro del público, sin importar su edad, encuentre con que sacar una genuina carcajada.

Aunque la comedia y el diseño de arte sean los pilares del film, se nota un abrupto cambio de propuesta conforme el final se acerca. Es en estos momentos en el que "Wifi Ralph" resulta ser un complemento perfecto para las temáticas previamente vistas en la primera parte, que desarrolla los conceptos de la soledad y la resolución de ella a través del cariño y la amistad. En la secuela, se extiende la complejidad de lo mencionado al incluir factores como la falta comunicación, inseguridad y co-dependencia como obstáculos para mantener relaciones estables y perdurables. La amistad de Ralph y Vanellope es puesta a prueba y son en éstas secuencias en las que la película otorga contenido emocional para no ser catalogada como una distracción vacía. El cambio de dirección en la propuesta inicial se percibe de manera forzada pero a la vez se entiende el por qué de ello; el film no solo busca el entretener al público si no ser un complemento sólido para "Ralph El Demoledor".

A final de cuentas, se le da el beneficio de la duda con lo último mencionado ya que "WiFi Ralph" es sin duda una de las obras más divertidas y cómicas que se hayan visto en éste año. Ya sea que el espectador sea un niño o un adulto mayor, la película se encarga de otorgar un momento ameno de entretenimiento cinematográfico genuino. Aunque no brille como su predecesora o quede inmortalizada en la relevancia cinematográfica, resulta en una recomendación perfecta para ver en familia.