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Crítica: "Museo" de Alonso Ruizpalacios

  • Foto del escritor: Luis Javier Sanchez Gomez
    Luis Javier Sanchez Gomez
  • 21 dic 2018
  • 4 Min. de lectura

Primera vez publicado en Periódico El Mexicano el 1 de noviembre de 2018.

Es cierto que, la mayoría del tiempo, el propósito general del cine es la del entretenimiento; los realizadores enfocan su atención en los valores de producción y la escritura de la ficción presentada para crear un efectivo escape de la realidad. En otras instancias, las obras cinematográficas son tratadas y presentadas con intenciones de mera apreciación artística; el director pone su atención en las cuestiones estéticas del medio para otorgar momentos de inolvidable belleza fílmica.


Estos dos enfoques de producción son la mayoría de los casos que se ve en la audiovisual disciplina artística. Sin embargo, existe una tercera aproximación que rara vez se presencia en la pantalla grande, el ensayo cinematográfico; películas en las que cada escena construye un discurso o punto de vista, ya sea sociológico, político o filosófico, más que buscar el entretenimiento o la apreciación estética. Películas como "Buenas Noches, Buena Suerte" (2005), que desarrolla la temática de la importancia de la televisión como medio de información durante la época de los cincuentas y la era moderna, o "La Gran Apuesta" (2015), que pone en evidencia la condición humana, el consumismo capitalista estadounidense y como afectaron a la economía mundial a tal grado de causar la crisis financiera de 2008, son perfectos ejemplos de lo ya mencionado. En esta ocasión, se tiene el privilegio de hablar de la producción mexicana "Museo", un film que podría ser uno de los mejores 'cine-ensayos' jamás vistos en la pantalla grande.


La película, interpretada por Gael García Bernal, es una dramatización del famoso robo al Museo de Antropología de la Ciudad de México durante la navidad de 1985. Gael García hace el papel de Juan, un estudiante de veterinaria que, acompañado de su amigo Benjamín, interpretado por Leonardo Ortizgris, perpetran el susodicho crimen. La película sigue los pasos de ambos personajes en su intento por vender las piezas artísticas en el mercado negro.


En primera instancia se menciona que, aunque la obra presenta una premisa atractiva para el entretenimiento cinematográfico, "Museo" se aleja por mucho de recrear el infame suceso por intenciones comerciales. El director Alonso Ruizpalacios más bien busca a través de la pantalla el crear una reflexión en el público con respecto al tratamiento del arte, la historia y la cultura y su relación con la sociedad; un ensayo redactado brillantemente por la convergencia de los elementos cinematográficos utilizados.


Dicho mensaje es construido a lo largo de todo el film y presentado en varios matices tanto técnicos y narrativos. Con excelente trabajo fotográfico, uso de planos secuencias para determinar un ritmo apreciativo y los sorprendentes valores de producción vistos en la dirección de arte, la película crea a la perfección un viaje en el tiempo a los años ochenta, añadiendo la decisión creativa de grano en la imagen para dar la noción al espectador de estar mirando un film viejo; un celuloide maltratado en lugar de mostrar la impecable calidad del film digital moderno. Cabe añadir que el aspecto técnico y estético de la película demuestran un despliegue soberbio, culpable de una deleitosa experiencia cinematográfica. Dicho carácter se aprecia en su totalidad durante la secuencia del infame robo donde, sin ningún diálogo y en compañía de un diseño de audio impecable, el espectador no puede hacer nada más que conmocionarse por la perfección técnica que la película ofrece.


Además de servir como una efectiva herramienta creadora de una experiencia cinematográfica única, podría referirse al aspecto técnico y estético del film como el contexto histórico y social en el que el ensayo es redactado. El contenido del mensaje mencionado se escribe a través del perfecto diálogo escrito, excelentes actuaciones por parte del elenco y las complejidades abstractas de ética y moral que el protagonista reflexiona con la voz en off que narra la historia a lo largo de todo el film. Estos elementos de carácter narrativo, además de determinar la continuidad de la historia, se encarga de que cada escena y cada palabra dicha por el elenco aporte un grano de arena a las intenciones totales del film.


Con ello ya en mente, y con el público atento a cada detalle y aspecto de los factores cinematográficos ya mencionados, "Museo" crea un discurso, como se mencionaba, acerca de la historia y el arte y como éstos son afectados socioculturalmente al ser vistos desde una aproximación económica.


A lo largo del film, Juan expresa continuamente su desprecio por cómo la sociedad mexicana ha perdido su identidad cultural al adaptar las costumbres consumistas del capitalismo estadounidense. La manera en la que esto se relaciona con el tema central del film es como expone la percepción que la sociedad tiene del patrimonio cultural; el cómo expresa su apreciación por la importancia histórica de sus artesanías pero, a final de cuentas, no puede evitar verlas como un producto, una herramienta más del sistema económico moderno y no como lo que debería de ser, un invaluable utensilio de educación antropológica que le otorga cierta identidad cultural al ciudadano mexicano, en éste caso. La película hace notar la tragedia que es éste tratamiento de la historia y la cultura, del desinterés social que se tiene ante ellas a menos que exista una utilidad de consumo; incluso la película se burla de ello al referirse a sí misma como una 'réplica de la obra original'. Pero en lugar de solo protestar ésta problemática, Ruizpalacios invita al público a estudiar la historia de México, a alimentarse culturalmente, a dejar de conocer los eventos históricos y sucesos sociales a través del cine y la televisión y aproximarse a ellos a través de las obras mismas pues, como se menciona en varias ocasiones a lo largo de la película, uno nunca sabe porqué alguien hace las cosas, solo sabe la historia que es contada en lugar de estar al tanto la verdad; ¿y qué mejor que conocer la historia a través de la historia misma?


Sin duda alguna, “Museo” es uno de los pocos ensayos cinematográficos de 2018 que brilla en cualquier aspecto por el que se aprecie a la obra. Una sólida y completa obra que queda por siempre catalogada como una de las mejores películas que el cine mexicano ha otorgado en los últimos años. No pasará desapercibida por las salas de cine y mantendrá un lugar en la extensa lista de relevancias cinematográficas de la presente década. Una experiencia recomendable para todo público, ya sea casual o cinéfilo.



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