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Crítica: "Locamente Millonarios" de John M. Chu

  • Foto del escritor: Luis Javier Sanchez Gomez
    Luis Javier Sanchez Gomez
  • 20 dic 2018
  • 4 Min. de lectura

Primera vez publicado en Periódico El Mexicano el 25 de octubre de 2018.

Hay una razón por la cual se le tiene tanto aprecio a los musicales, comedias burguesas y obras épicas de los años treinta hasta finales de los sesenta; no se puede negar que dichos films han sido culpables de memorables momentos de influyente fantasía, siendo vistos ahora con nostalgia y cariño por el cinéfilo moderno. Películas como "Los Paraguas De Cherburgo" (1964), "My Fair Lady" (1964), ofrecían al público un escape de la realidad a base de hermosa fotografía, sorprendente dirección de arte y envolventes pero sencillas historias que cautivaban a la audiencia a tal grado que quedan ahora como clásicos imperdibles del cine en general.


Claro está que con el paso del tiempo, los criterios del público cambian y con ello la forma de hacer y consumir el cine. Actualmente, la fantasía ofrecida durante aquellos tiempos no se ha igualado, pues las ofertas comerciales modernas que pretenden proporcionar ese nivel fantasía resultan ser más rápidas, insípidas y poco apreciativas. Resulta rara la ocasión en el que alguna película logre recrear esa sensación de asombro y nostálgica alegría que se tiene al presenciar uno de los films de la memorable época de oro. Con ello en mente, se puede referir a la película "Locamente Millonarios", comedia romántica dirigida por John M. Chu, como una acertada regresión cinematográfica a esa fantasía mencionada.


La película gira alrededor de Rachel, una mujer estadounidense de descendencia china interpretada por Constance Wu, y su novio Nick, oriundo de Singapur e interpretado por Henry Golding, en el momento en que son invitados a la boda del hermano de él. Ya con maletas en mano dirigiéndose a Singapur, Nick le informa a Rachel de un gran detalle que omitió durante su relación; su familia es una de las dinastías más ricas y respetadas en Asía, añadiendo que él mismo es uno de los solteros más codiciados mundialmente debido a que es el futuro heredero de la millonaria fortuna. Con ello en mente, Rachel debe afrontar la presión por parte de la familia de Nick y una ola de mujeres celosas, obstáculos que ponen a prueba su relación y depende de ambos superarlos para mantener a flote el amor que floreció entre ellos.


Con ello en mente, queda claro que la premisa de "Locamente Millonarios" no es una que se distinga por su innovación narrativa. En esencia, es un cuento de hadas romántico que se ha contado miles de millones de veces de muchas maneras posibles. En éste sentido, la película recae en cierta predictibilidad y se tiene cierto grado de escepticismo con respecto a su exposición explosiva de la forma de vida de la clase alta para el entretenimiento del público. En pocas palabras, debido a su limitante conceptual, el fin del film resulta ser un escape de la realidad fantasiosa... ¡Pero vaya fantasía que pone en pantalla!


En sí, "Locamente Millonarios" es una película que logra atrapar al público en el mencionado escape de realidad con la magistralmente orquestada ejecución de sus elementos; la elaborada dirección de arte y la colorida propuesta fotográfica se encargan de sorprender visualmente al espectador, mientras que las excelentes actuaciones por parte del elenco y el astuto, divertido y, en ocasiones, emocional diálogo escrito mueven la historia hacia adelante. Por separado, lo visual y lo narrativo son aspectos sólidos que funcionan por sí mismos, es su convergencia en la pantalla lo que hace a éste film una experiencia memorable; ya que es la culpable de demostrar un brillante sentido de ritmo y equilibrio para el entretenimiento cinematográfico. La película tienen noción de cuando ofrecer la exorbitante fantasía visual y cuando bajar el tono de energía para la inversión emocional del público en las escenas de dramática intimidad, mérito que muy pocas veces se logra ver en el cine moderno.


De igual forma, uno de los aspectos destacables de la obra es que, detrás de los lujos económicos del cuento de hadas, se encuentra el desarrollo de ciertos matices socioculturales a lo largo del film. Además de la obvia exploración de discriminación entre clases sociales, el film ofrece una exploración, ya sea gastronómica o cultural, de la comunidad asiática, a la vez que construye una discurso en el que se analiza el choque ideológico entre el tradicionalismo oriental con el modernismo occidental. Lo mencionado se vuelve un factor de suma importancia para la película ya que, además de ser el conflicto principal para Rachel y Nick, le otorga cierto grado de densidad analítica a la obra, dejándola no como un romance vacío y artificial, si no como una historia que realmente tiene una calidad conceptual digna de ser reflexionada.


Dicho ésto, no se puede negar que el fin de "Locamente Millonarios" es el del entretenimiento, el escape de la realidad a base de fantasías burguesas que, sorprendentemente, logra cautivar y emocionar al público sin esfuerzo alguno. Mientras uno se deja llevar por el romance y el drama de la obra, a la vez no se puede evitar la regresión a aquellos tiempos de musicales y comedias burguesas en la época de oro del cine, donde la belleza del aspecto visual era suficiente para detener el corazón del espectador y el romance escrito con tanta sencillez resulta suficiente para convertir a una película en una experiencia memorable, logros que ésta producción proporciona y es digna de ponerse a la par con los clásicos ya mencionados.


Rara vez se logra ver una película de tal elocuencia y efectividad en estos tiempos y es por eso que "Locamente Millonarios" resulta ser una de las mejores películas y la comedia romántica por excelencia del presente año. Imperdible y entretenida a más no poder, recomendable para todo público, tanto para el espectador ocasional como para el fanático devoto del cine.



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