Crítica: "La Monja" de Corin Hardy
- Luis Javier Sanchez Gomez
- 21 dic 2018
- 3 Min. de lectura

No cabe duda que cuando James Wan presentó "El Conjuro" (2013) ante las salas de cine, había proporcionado un clásico de terror instantáneo; el éxito de taquilla y la excelente recepción por la crítica son factores que apoyan este dato. Era claro que con una popularidad tan inmensa, la productora Warner Bros le ofreciera al talentoso director la oportunidad de crear toda una saga alrededor de los personajes de su obra maestra.
Wan aceptó y expandió su creación al presentar los spin-offs, ésta vez en la silla de producción, de "Annabelle" (2014) y "Annabelle 2: La Creación" (2017), películas que lograron recaudar millones alrededor del mundo pero mal recibidas por parte del público cinéfilo. Fue con "El Conjuro 2" (2016) donde Wan tomó las riendas de la silla de director y presentó una secuela igual de popular y entretenida que su antecesora. De igual forma, en éste título realizó una excelente introducción del personaje de Valak, un demonio que toma la imagen de una monja y hace el papel de antagonista para los personajes principales. Valak llamó tanto la atención de los fanáticos que se exigía a gritos una película sobre el destacado personaje. Y al igual que con Annabelle en "El Conjuro", Wan produjo durante el año y presentó este fin de semana "La Monja", película que deja un tanto insatisfecha las fuertes expectativas.
En primera instancia, se debe valorar de "La Monja" que sus niveles de producción están a la línea de calidad esperada para un título de tal calibre. La dirección de arte, acompañada por el dinámico trabajo fotográfico, logran un escenario terrorífico para la historia, la banda sonora crea la atmósfera correcta en ciertas escenas, el talentoso elenco presenta excelentes actuaciones y los efectos especiales, a la par con el diseño de sonido, son el complemento perfecto para la creación de los momentos más terroríficos de la obra. Es así como el film ofrece una experiencia cinematográfica de gran despliegue técnico e increiblemente entretenida de presenciar, ya que existen ciertas escenas donde la convergencia de los elementos ya mencionados se presentan con gran armonía, formando momentos de genialidad cinematográfica.
Sin embargo, este brillante despliegue técnico viene acompañado por una propuesta narrativa que deja mucho que desear. En sí, "La Monja" se vuelve un caso en el que la propuesta visual y la narrativa no concuerdan en niveles de calidad. Se hace notar una clara intención por parte de los realizadores en querer asustar continuamente a su audiencia y mantenerla en un estado de ansiedad y temor constante; intenciones que visualmente son efectivas pero que terminan por no dar la sensación correcta debido al repetitivo trabajo escrito y la floja construcción de su historia, que solo logra que muchas escenas sean percibidas como un relleno de tiempo que como una construcción narrativa sólida. Cabe agregar que éstas intenciones de temor constante no logra aterrizar en su totalidad debido a que el film explota una y otra vez las mismas herramientas y estilos ya vistos infinidad de veces en el cine de terror moderno y la constante repetición de ello resulta cansado más que entretenido.
Con lo ya mencionado, no queda mucho que agregar para describir la experiencia que ofrece "La Monja". Tan solo se trata del mismo caso que sucedió con Annabelle de "El Conjuro"; se tomó a un personaje popular de la saga y se creo un spin-off con claras intenciones de un éxito monetario rápido. Si por algo se puede reconocer a éste título es el talento que James Wan presenta como productor para presentar una obra que se mira, se escucha y se percibe de maravilla. Es una lástima que ésta brillantez presente, en esencia, un cascarón vacío.
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