Crítica: "Deadpool 2" de David Leitch
- Luis Javier Sanchez Gomez
- 21 dic 2018
- 4 Min. de lectura

Primera vez publicado en Periódico El Mexicano el 23 de mayo de 2018.
Entre el entretenimiento familiar de Marvel Studios y la propuesta estética de DC Comics, Sony se encontraba tras bambalinas tratando de sobrevivir como un competidor más dentro del juego del súper héroe cinematográfico. Tras fallar con "El Sorprendente Hombre Araña" (2012) y "Los 4 Fantásticos" (2015), la casa productora se veía obligada a tener que renovarse para destacar en las salas de cine. Es por ello que el estreno de "Deadpool" (2016), acompañado con una astuta y agresiva campaña publicitaria, marcó un parte aguas que cambiaría por completo el popular género cinematográfico.
"Deadpool" demostró, con su violencia explícita, grandes cargas de humor negro y sátira metadiegética hacia otros films de súper héroes, una manera distinta de presentar las historias llenas de acción y ciencia ficción. El éxito del film hizo que otras entregas subieran el tono de las temáticas y la violencia para venderse a un público más adulto; con ello, películas como "Logan" (2017) o "Avengers: Infinity War" (2018) presentan propuestas más pesadas a comparación de lo que se presentaba en los primeros años del género. Es claro que con un éxito rotundo y la influencia que tuvo, "Deadpool" recibiría luz verde para una secuela. "Deadpool 2" llega a las salas de cine y logra ser una experiencia memorable como lo fue la primera parte.
En primera instancia, el film comienza con un alarmante augurio. Sin demora alguna, "Deadpool 2" explota (literalmente) con todo lo que hizo famosa a su predecesora. La violencia, el humor negro y el exceso de dialogo metadiegético definen las primeras escenas, las cuales causan la impresión de que, lo que se está a punto de ver, es solo una compilación saturada de lo que el público busca ver en una película del famoso anti-héroe; un reciclaje poco riesgoso de la primera entrega. Por ello, mientras las escenas introductorias continúan su curso, el film parece no saber a qué dirección ir y se llega a un estado de confusión e incertidumbre que, hasta cierto punto, consternan al espectador con respecto a la calidad de ésta esperada secuela.
Sin embargo, mientras la trama poco a poco va definiendo el rumbo de su narrativa, "Deadpool 2" se convierte en una de las experiencias más entretenidas que se haya visto en el año. Con astuto diálogo escrito, notable atención en el trabajo de montaje y la gran química actoral del elenco, destacando a Ryan Reynolds como protagonista, la película otorga un excelente equilibrio y ritmo entre las escenas de acción, el desarrollo narrativo de su historia y, sobre todo, la gran carga de humor. Cada chiste, golpe y peripecia presentada es proporcionado en tan apropiadas y calculadas dosis que el público logra captar, y digerir todo lo que sucede en pantalla sin presentar pizca de cansancio ni saturación. Toda pelea es apreciada con claridad, la historia central se mueve hacia adelante de manera directa y ningún chiste disparado se percibe de manera forzada, factor por la que se le da mala fama al cine de Marvel Studios.
Cabe añadir que, aunque el despliegue de sus elementos resulta ser de excelente ejecución, lo que hace brillar a la película es como retoma y multiplica la intensidad, con respecto a la burla hacia el cine de súper héroes encontrada en la primera entrega, y transforma todo en una fiesta hilarante y desvergonzada en la cual ninguna característica del género es sagrado.
En sí, la propuesta inicial de "Deadpool" fue el tomar todos los elementos que definen a un súper héroe en la pantalla grande (desde sus morales, estilos de vestimenta, arcos narrativos, el tono familiar de la competencia, etc.) y burlarse de ello a través de referencias, directas e indirectas, hacia otras franquicias. A fin de cuentas, le recuerda al público que lo que está viendo es simplemente una película más, un producto construido únicamente para el entretenimiento cinematográfico que se burla de sí misma y de todos sus compatriotas.
Por otro lado, "Deadpool 2" simplemente grita que las burlas anteriores no fueron suficientes y termina por destrozar lo que pasó por alto la primera vez. Cada personaje, desde el protagonista hasta los cameos, son explícitamente rebajados, por ellos mismos cabe añadir, a una simple etiqueta arquetípica para servir únicamente al desarrollo de la trama; la historia es constantemente diseccionada y criticada; las referencias a otras entregas son llevadas a un nivel de parodia; e incluso llega a ridiculizar las últimas tendencias de política inclusiva que el género ha presentado en los últimos años, véase por ejemplo "Mujer Maravilla" (2017) o "Pantera Negra" (2018). Lo anteriormente mencionado, es tan solo un ejemplo de la propuesta satírica que ésta secuela propone y vaya que logra sacar una carcajada del espectador sin sudar una gota mínima de esfuerzo.
A final de cuentas, "Deadpool 2" logra ser un capítulo satisfactorio en el amplio catalogo de súper héroes cinematográficos. Una obra de gran entretenimiento que supera las expectativas creadas por la primera entrega y proporciona una de las mejores propuestas que se han visto en la primera mitad del año. Aunque no pasará a la historia como una pieza relevante de la cultura cinematográfica, aquella persona que la presencie no evitará sacar una sonrisa y querer verla inmediatamente que los créditos comiencen a correr.
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