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Crítica: "A La Deriva" de Baltazar Kormákur

  • Foto del escritor: Luis Javier Sanchez Gomez
    Luis Javier Sanchez Gomez
  • 21 dic 2018
  • 3 Min. de lectura

Primera vez publicado en Periódico El Mexicano el 30 de agosto de 2018.

Sin mucho preámbulo, la experiencia cinematográfica que la película del género de supervivencia "A La Deriva" trata de presentar denota cierto nivel de solidez. Sin embargo, se percibe cierta dualidad y conflicto conceptual en la propuesta que se ve en pantalla.


Este film, dirigido por el autor en potencia Baltazar Kormákur, se basa en el caso de vida real de Tami Oldham y Richard Sharp, interpretados por Shailene Wodleey y Sam Claflin respectivamente; una pareja de nómadas marinos que dedican su vida a navegar alrededor del mundo sin rumbo fijo ni destino final. Su experiencia de vida cambia al encontrarse cara a cara con un huracán, evento que los deja en la vulnerabilidad del naufragio y en el que se ven obligados a tomar cualquier medida para sobrevivir.


En sí, la premisa de "A La Deriva" es de tal sencillez que no requiere mucha explicación de por medio. Sigue al pie de la letra los arquetipos y escenarios que uno acostumbra a ver en el género de supervivencia y que se han visto incontables veces, ejemplos populares y recientes pueden ser "Náufrago" (2000), "Kon-Tiki" (2012) e incluso la igual de directa "Todo Está Perdido" (2013). Sin embargo, la película presenta una estructura no lineal en el que la historia logra contarse de manera dinámica y fluida, factor que se vuelve el atractivo principal.


Ésta estructura es formada por la división de dos conceptos distintos, la intensidad emocional de su propuesta dramática y el realismo capturado a través de su despliegue técnico. En primera instancia, se relata la historia de amor de la pareja protagonista antes del terrible accidente; el contexto del cómo se conocieron, la sucesión de hechos significativos y la complejidad romántica de su relación, a través del diálogo escrito y la actuación del elenco. Por otro lado se tiene el realismo y la crudeza del conflicto principal de la película, lo que sucede después de haber quedado náufragos, a través de la sucia dirección de fotografía, compleja coreografía de cámara, dirección de arte, efectos especiales, envolvente diseño sonoro y trabajo de maquillaje. Ambas partes presentadas simultáneamente con un ritmo equilibrado y fluido gracias al trabajo de montaje.


En éste aspecto, el director Baltazar Kormákur, conocido anteriormente por películas del mismo género como "Everest" (2015), demuestra un talento indiscutible como un autor técnico cuidadoso que está al tanto de todo elemento visual para envolver a su audiencia en las aventuras que pone en pantalla. Sin embargo, así como brilla en la cuestión estética, el jugo presentado en el contenido de "A La Deriva" deja mucho que desear.


Resulta un poco irónico el ver que, aunque la propuesta dramática y técnica son equilibradas por el ritmo del montaje, resultan ser estilos contrastantes entre sí que debilitan la calidad del contenido. Es claro que el despliegue del romance de la primera parte sirve de complemento para el impacto emocional que conlleva el conflicto principal. Es cerca del final en el que ambas propuestas se entrelazan para crear una catarsis efectiva pero termina por ser un clímax poco atrapante, dejando como resultado a “A La Deriva” como un film melodramático y artificial con una temática de supervivencia de por medio.


No hay que olvidar que “A La Deriva” cuenta con una destacable ejecución de sus elementos visuales y técnicos, la cual hace que la experiencia sea disfrutable hasta cierto grado. Fuera de ello, el film quedará a tras de la relevancia cinematográfica como una película para pasar el rato. Cumple cierta función para luego ser desechada al poco tiempo.



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