top of page

Crítica: "Lady Bird" de Greta Gerwig

  • Foto del escritor: Luis Javier Sanchez Gomez
    Luis Javier Sanchez Gomez
  • 11 may 2018
  • 3 Min. de lectura

Primera vez publicado en Periódico El Mexicano el 9 de mayo de 2018.

Durante la presente década, en el círculo del cine independiente, se ha explorado y popularizado un género de tan sencilla producción y ejecución con grandes proporciones de temática emocional y filosófica. Conocido como 'coming of age' (el llegar de la edad en inglés), las películas pertenecientes a ésta etiqueta se encargan de una sola tarea, el estudio de la condición humana, la formación del pensamiento y descubrimiento del mundo a través de los ojos de un personaje infantil o juvenil.


Muchos directores han proporcionado distintas maneras de ver éste complejo estudio antropológico en la pantalla grande. Por ejemplo, Richard Linklater con "Boyhood: Momentos De Una Vida" (2014) captura los momentos clave de la vida de un niño común, desde su infancia hasta la mayoría de edad, por medio de una interpretación sobria y realista; mientras tanto, Barry Jenkins con "Luz De Luna" (2016) ofrece un viaje intimo y poético acerca del descubrimiento sexual y las relaciones humanas a través de tres distintas etapas vitales de un joven afroamericano.


Muchos films han tenido éxito o fracasado en el retrato de la vida humana en su pleno florecer. Cabe aclarar que no resulta difícil catalogar a "Lady Bird", la ópera prima de la actriz Greta Gerwig, como una de las mejores representaciones de la juventud que se haya visto jamás.


En primera instancia, Gerwig, con una certera visión cinematográfica, le presenta al espectador un perfil detallado de la ciudad de Sacramento, California. Lugar que, a través de gran trabajo fotográfico y edición, se logra conocer a gran detalle. Una comunidad donde los valores familiares, la enseñanza religiosa, las pacíficas calles, tiendas locales y personas amigables son factores que acompañan el día a día. Un pueblo con el cual el espectador no puede evitar enamorarse de él con cada imagen que pasa y donde se es testigo de la cómica cotidianidad de Christine, adolescente de ideas radicales y grandes aspiraciones culturales, en búsqueda de su propia voz e identidad mientras tiene que lidiar con su educación, sus limitaciones económicas, su estricta pero amorosa madre y la relación que tiene con una ciudad que ella misma considera muerto.


Es claro que con éste enfoque, la película carece de una narrativa continua y lineal, ya que el objetivo de la directora es el crear un universo cinematográfico en el cual se invita al público a observar, como a través de un microscopio, y ser testigo de cada detalle que gira alrededor de él.


Con esto en mente, se puede referir a "Lady Bird" como uno de esos extraordinarios casos en el que el fruto de su concepto resulta más jugoso y entretenido que la construcción de una historia lineal. Mientras la vida de Christine sucede en pantalla (ya sea conociendo a sus amigos, su rebeldía contra el sistema, sus amores platónicos, su despertar sexual, sus pequeñas celebraciones personales, su drama adolescente o su vida familiar) uno se logra adentrar fácilmente gracias al acelerado ritmo de montaje, diálogo astutamente escrito y excelentes actuaciones por parte del elenco. Por medio de estas herramientas, Gerwig proporciona su propia interpretación del divino tesoro que es la juventud: una colección de breves viñetas llenas de pasión, confusión, descubrimiento, vergüenza y euforia por las cuales se construye el carácter de uno mismo antes de entrar a la adultez.


La película, gracias a la universalidad de su construcción conceptual, conecta fácilmente con la audiencia; la empatía que genera el conocer a Christine le invita recordar la gran travesía, llena de alegría, tristeza, personas, momentos y lugares, que forman a uno como ser pensante y emocional, llevados de la mano por la energía única de la protagonista y el ojo artístico de Greta Gerwig. Se trata de una experiencia que deja una romántica nota acerca de la vida como un boleto de ida sin regreso lleno de comedia, amor, desilusión, complejidad y resolución cubierto con un manto nostálgico de principio a fin.


"Lady Bird" es, a gran escala, una de las mejores experiencias cinematográficas que el público moderno puede presenciar. Su perfecto equilibrio de entretenimiento cómico y complejidad emocional y discursiva la tornan a ser una película recomendable y disfrutable para todo tipo de público. Muy pocas veces se tiene la dicha de presenciar un film de éste calibre, nada mal para ser el primer trabajo de una autora cinematográfica prometedora y en ascenso.


Comments


Destacado
Categorías

© 2016  Luis J. Sánchez Gómez 

bottom of page