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Crítica: "Liga De La Justicia" de Zack Snyder

  • Foto del escritor: Luis Javier Sanchez Gomez
    Luis Javier Sanchez Gomez
  • 25 nov 2017
  • 3 Min. de lectura

Primera vez publicado en Periódico El Mexicano el 23 de noviembre de 2017

Desde hace dos años, DC Comics se encontraba en una posición muy incómoda en la industria cinematográfica. Con un tiempo muy limitado y la urgencia de seguir el paso a su competencia, el universo del titán Marvel Studios, DC proporcionó éxitos indudables de taquilla con pésima recepción crítica. ¿Alguien recuerda como "Batman VS Superman: El Origen De La Justicia" (2016) dividió fuertemente al público entre defensores y escépticos mientras que "Escuadrón Suicida" (2016) decepcionó por completo al público después de tanta expectativa?


Durante el verano, el estreno de "Mujer Maravilla" (2017) marcó un paso importante ya que fue la primera película del Universo Extendido DC en tener excelente recepción por parte del público y la crítica. Gracias a ello, el estudio logró enfocar la atención del fanático del cine de superhéroes hacia sus futuros proyectos. "Liga De La Justicia" no solo es la continuación de ésta saga cinematográfica, también es una película que busca mantener el buen sabor de boca que "Mujer Maravilla" proporcionó y no regresar al desastre crítico de sus pasadas entregas.


A manos de Zack Snyder, “Liga De La Justicia” es un caso en el que el trabajo estético y el escrito logran converger entre sí por un objetivo en común.


A través de diferentes técnicas visuales, con calculadas posiciones de cámara e iluminación claroscura en la fotografía, al igual que el uso acertado de cámara lenta y estilizadas coreografías durante las escenas de acción, la película logra construir un aura dramático sólido y constante; éste dramatismo estético es característico de la filmografía de Snyder, aportando el terreno perfecto para lo que el trabajo escrito le tiene preparado a su público.


Algo que destaca en "Liga De La Justicia" es el hecho de que logra despegarse, hasta cierto grado, de la fórmula que el género ha construido a través de los años; en lugar de darle prioridad al entretenimiento cómico y el bombardeo referencial hacia otros films de la saga, la película se concentra de manera inmediata en la espina dorsal de todo trabajo cinematográfico, la construcción dramática de su historia. Claro está que la carga cómica y referencial del film tarde o temprano haría presencia, sin embargo tales elementos son proporcionados en tan pequeñas y acertadas dosis que logran incluirse en la narrativa de manera efectiva sin intervenir directamente con su desarrollo dramático.


La historia, sin rodeos ni pausas, está constantemente moviéndose hacia adelante en un equilibrio narrativo admirable que hace que el espectador invierta toda su atención en el drama de manera efectiva. Los arcos de cada uno de los miembros del famoso equipo de superhéroes, aunque sencillos, son sólidos y concisos; el hombre dispuesto a arriesgarlo todo para salvar al mundo, el individuo en crisis emocional tratando de controlar sus habilidades, la persona que no puede dejar atrás el pasado, entre otros, son arquetipos construidos a la perfección a lo largo del film, a la vez que cada uno de ellos se desarrolla con un tema central específico, el poder y sus derivados entre el bien y el mal.


Con ésta entrega, DC Comics demuestra que va en camino a la recuperación crítica. No solo proporciona un ameno momento de entretenimiento cinematográfico, también logra mantener el interés de sus fanáticos, al igual que ata todos los cabos sueltos y corrige los errores cometidos en sus pasadas entregas. Una obligatoria recomendación a todo fanático del superhéroe cinematográfico.


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