Crítica: "Blade Runner 2049" de Denis Villeneuve
- Luis Javier Sanchez Gomez
- 12 oct 2017
- 3 Min. de lectura

Primera vez publicado en Periódico El Mexicano el 11 de octubre de 2017
Existe una escena en "Birdman" (2014) que resume el estado en el que el cine moderno se relaciona con el público consumidor. Mientras el personaje de Michael Keaton busca ser reconocido como un artista después de interpretar en múltiples ocasiones a un superhéroe, su alter-ego, el susodicho héroe, le hace mención de que sus proyectos 'artísticos' no lo llevaran a ninguna parte ya que eso no es lo que el espectador busca. En medio de ésta escena se asoma éste diálogo: 'Dale a la gente lo que quiere, estilizada pornografía apocalíptica. [...] ¡Huesos quebrándose! ¡En grande, ruidoso, rápido! Mira los ojos del público, están brillando. Esto es lo que les gusta. Les gusta la sangre, la acción. Nada de cositas artísticas, depresivas o filosóficas.'
Este pensamiento genera una pregunta bastante importante: ¿es posible presentar hoy en día una pieza cinematográfica que logre entretener y, a la vez, presentarse como un film de carácter apreciativo o artístico saliéndose de los estándares creados por el cine de acción/ciencia ficción modernos?
A manos de Denis Villeneuve, conocido por éxitos taquilleros como "Sicario" (2015) y "La Llegada" (2016), se trata de responder la pregunta con el estreno de la esperada secuela del clásico de culto “Blade Runner” (1982), el trágico fracaso comercial de Ridley Scott, bajo el nombre de “Blade Runner 2049”
En primera instancia, ésta secuela logra mantener ciertas características que hicieron destacar a su antecesor. Elementos, como la dirección de arte a base de ‘cyberpunk’, el discreto uso de efectos especiales y el desarrollo de temáticas complejas, como la relación del hombre con la tecnología, la identidad psico-emocional que define el pensamiento humano y el papel de la sociedad durante el auge de la inteligencia artificial, hacen presencia respetando en su totalidad al material de origen, logrando así, ser una continuación técnica y conceptual fidedigna del film de Ridley Scott.
Claro está que, aun siendo una película de ciencia ficción que busca el entretenimiento del público, la forma en la que es presentada se aleja bastante del estándar moderno que se tiene del género. Las escenas de acción, aunque son escasas, son desarrolladas con gran estilización mientras que el hilo narrativo, en lugar de moverse lo más rápido posible, se toma su tiempo en ser construido. Gracias a la lentitud en el ritmo y excelente escritura en el diálogo, la película logra hacer que cada escena tenga un impacto pesado e importante en el desarrollo de la historia. Es por ello que, a pesar de su larga duración, “Blade Runner 2049” es uno de esos raros casos del género de acción/ciencia ficción en el que la construcción dramática-narrativa resulta igual de, si no es que más, importante que el despliegue técnico de sus elementos.
Cabe añadir que, aun teniendo las características ya mencionadas, la razón principal por la que el film brilla en su totalidad es la estética con la que es presentada. Aquel que está familiarizado con el estilo cinematográfico de Villeneuve no se sorprenderá de encontrar en el film un impecable trabajo fotográfico; sin embargo, las imágenes puestas en pantalla, a diferencia del resto de su filmografía, van más allá de ser un simple deleite visual. El psique de cada personaje puede ser experimentado con cada fotograma presenciado ya que el nivel de la estética, complementado por la banda sonora, transmite en el espectador una efectiva, fuerte y compleja carga emocional más que cualquier diálogo que la película pueda presentar, creando una hermosa experiencia capaz de cautivar hasta al más escéptico de los espectadores.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, “Blade Runner 2049” es una película que presenta los elementos suficientes para ser considerada una película perfecta. Villeneuve no solo logra hacer que cada aspecto del film (técnico, conceptual y narrativo) destaque, hace que cada uno sea complemento necesario para la construcción del otro. Una película recomendada para todo fanático del film de 1982 al igual que para aquel espectador que busque ver algo distinto a lo que el cine de acción moderno propone. Sin duda alguna, una película que logra borrar la remarcada línea entre lo comercial y lo artístico.
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