Crítica: "Dunkerque" de Christopher Nolan
- Luis Javier Sanchez Gomez
- 12 ago 2017
- 2 Min. de lectura

Primera vez publicado en Periódico El Mexicano el 01 de agosto de 2017
A través de astuto diálogo, excelente trabajo de efectos especiales y complejos despliegues narrativos, el director inglés, Christopher Nolan, le ha proporcionado al público cinéfilo una filmografía llena de discursos filosóficos y sociológicos por medio de sus historias cargadas de acción y ciencia ficción. Con, ya considerados, clásicos modernos como "El Origen" (2010) e "Interestelar" (2015) bajo el brazo y al haber revolucionado el cine de superhéroe con "El Caballero De La Noche" (2008), Nolan ha cultivado su lugar en la cultura popular y marcado una considerable posición en la historia cinematográfica.
Es claro que, después de múltiples historias desarrolladas en el género de ciencia ficción, el anuncio de su más reciente película, "Dunkerque", fuera recibida con cierto esceptismo por parte del público. Alejándose de naves espaciales y dispositivos para invadir sueños, Nolan da un giro de ciento ochenta grados y decide presentar un drama bélico e histórico; un terreno desconocido en su trabajo hasta ahora.
Basado en el llamado 'milagro de Dunkerque', la película presenta tres historias alternas, y con distintos desfases temporales, durante la evacuación inglesa de la ciudad francesa durante la Segunda Guerra Mundial. Así como la temática, la forma en la que el film es narrado es algo que no se ha visto a Nolan hacer anteriormente. En lugar de bombardear al público con diálogo y construir la historia a través de ello, la película deja que el complicado trabajo de montaje, la fuerte calidad actoral, la ininterrumpida banda sonora y la dramática propuesta fotográfica hable sin apoyo del trabajo escrito.
Es la convergencia de éstos elementos lo que despliega un alto y constante nivel de tensión; un fuerte aura de derrota, estrés y desesperanza que no deja descansar al espectador y lo mantiene a la par, en un nivel emocional, con sus personajes. Cada momento presentado, por más banal y sencillo que sea, es tratado con el mismo nivel dramático y tenso que maneja la película en su totalidad, una ligera cucharada de lo que es estar codeándose con la baja moral de perder una batalla militar.
Cabe mencionar que parte de la efectividad de ésta propuesta técnica/emocional es la ausente glorificación de la violencia que conlleva el cine bélico. Es claro que “Dunkerque” comparte ciertas características como la exploración psicológica del soldado en el campo de batalla y el siempre presente patriotismo; pero éstos elementos, en lugar de ponerse en pantalla con fuertes escenas de violencia explícita, son transmitidos por medio de un concepto diferente, que es la voluntad humana y social de proporcionar un grano de arena al conflicto y levantar la moral de un país derrotado en tiempos difíciles.
Con un gran despliegue técnico y perfecta comunicación emocional, “Dunkerque” demuestra ser una muy fina pieza apta para todo público. Una película que mantiene siempre al espectador al borde de su asiento y que merece ser estudiada a fondo por todo aquel fanático del análisis y producción cinematográfica. Aunque no sea la mejor pieza que Christopher Nolan ha presentado, sin duda alguna no deja de ser uno de los mejores films que 2017 ha proporcionado hasta la fecha.
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