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Crítica: "¡Huye!" de Jordan Peele

  • Foto del escritor: Luis Javier Sanchez Gomez
    Luis Javier Sanchez Gomez
  • 1 jun 2017
  • 3 Min. de lectura

Primera vez publicado en Periódico El Mexicano el 30 de Mayo de 2017

Es curioso como en la industria del cine se presentan sorpresas por parte de personas de las que menos se espera. En éste caso, Jordan Peele es el culpable de tanto revuelo en la comunidad cinéfila y la crítica cinematográfica. Pero, ¿cuál es exactamente el espectáculo alrededor de éste personaje? Peele, al lado de su colega Keegan-Michael Key, es principalmente conocido por su trabajo cómico en la televisión. Su constante presencia en la pantalla chica y su irreverente humor, basado en los estereotipos raciales en Estados Unidos, lo han llevado a ser considerado un ícono de la comedia norteamericana. Teniendo poca experiencia en la industria cinematográfica, únicamente como co-escritor en la película "Keanu" (2016), Jordan Peele da un giro de ciento ochenta grados y presenta su ópera prima "¡Huye!", alejándose momentáneamente de su trabajo cómico para aproximarse al género de suspenso/terror, sin dejar atrás las temáticas con las que normalmente trabaja.


Al momento en el que la película empieza, el espectador puede notar que inicia como cualquier otro film del género; un escenario en el que se presenta al personaje principal en un ambiente poco hostil antes de que suceda el desastre inminente que cambiará su vida. En éste caso se trata de Chris, un hombre afroamericano en camino a conocer a los padres de su pareja caucásica, un clásico escenario de conflicto racial así como se ha visto anteriormente, por ejemplo, en "Adivina Quién Viene A Cenar" (1967). Es durante el transcurso de la trama en el que esta sensación genérica, que inicialmente transmite el film, cambia paulatinamente, evoluciona para convertirse en otro tipo de experiencia cinematográfica.


Mientras Chris explora su alrededor, nota que algo no está bien y, con cada detalle que descubre en el escenario, la incomodad que siente comienza a acumularse. Debido a ello, la incomodidad poco a poco se torna en paranoia y, más tarde, en hostilidad psicológica. El film apila todas estas sensaciones hasta culminar en una explosión de violencia gráfica que logra una perturbación visual y narrativa sorprendente. Cabe mencionar que ésta mezcla de emociones es una que el director logra transmitir al público de manera exitosa. Es la sincronía de elementos técnicos, como el diseño de audio, el lenguaje visual de la cámara y la dirección actoral lo que logran hacer que el público vaya de la mano en el terrorífico viaje que Chris vive, una empatía raramente vista en las películas de suspenso o terror modernas.


De igual forma, no se puede dejar atrás que "¡Huye!", además de ser una excelente pieza de entretenimiento, conlleva un interesante contenido discursivo en referencia al actual conflicto racial estadounidense.


Debido a que una pequeña comunidad caucásica es la antagonista principal de la historia, una lectura superficial del film concluiría en la demonización de la raza blanca norteamericana. Sin embargo, la película va más allá de solo picar la herida y crear más tensión en el conflicto social. Más que poner al público en contra de la comunidad caucásica, “¡Huye!” invita al espectador cuestionar el uso de estereotipos raciales en el cine y la televisión.


Así como D. W. Griffith impuso un estereotipo negativo de la comunidad afroamericana en “El Nacimiento De Una Nación” (1915), que afectó gravemente a sociedad después de la abolición de la esclavitud, Jordan Peele presenta un arquetipo moderno del hombre blanco que se ha construido a lo largo de la historia; aquella persona banal, superficial, perteneciente de la comunidad burguesa, opresora, que no tiene objetivo alguno más que cosificar a la comunidad afroamericana y la explotarla para su propio beneficio. Aunque éste villano se muestre despiadado y frio en la película, Peele no deja recordarle al espectador que se trata de una interpretación unidimensional y superficial. De esta forma, la película no busca demonizar razas, si no estereotipos y pone sobre la mesa la discusión acerca del impacto que tiene éste elemento cinematográfico en un nivel sociológico, basta ver como el público norteamericano ha interpretado erróneamente éste film para entender por completo el discurso que pretende transmitir.


Con excepción de un par de momentos de comedia forzada y violencia gráfica perturbante no apta para todo público, “¡Huye!” demuestra ser una experiencia cinematográfica casi perfecta y completa. Desde su gran despliegue técnico hasta su fuerte contenido sociológico, este es sin duda un film que dejará su marca en la cultura cinematográfica moderna. Podría considerarse como una de las mejores películas que 2017 ha otorgado hasta el momento.


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