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Crítica: "Animales Nocturnos" de Tom Ford

  • Foto del escritor: Luis Javier Sanchez Gomez
    Luis Javier Sanchez Gomez
  • 25 ene 2017
  • 3 Min. de lectura

Primera vez publicado en Periódico El Mexicano el 24 de enero de 2017

Woody Allen una vez dijo en su famosa comedia romántica “Annie Hall” (1977) que ‘en el arte uno trata de que las cosas salgan perfectas ya que es muy difícil de hacerlo en la vida real’. El caso de “Animales Nocturnos” y el punto central de su concepto se pueden resumir en tal cita por el famoso director neoyorkino. Sin embargo, el describir el segundo film del director Tom Ford se vuelve una tarea complicada ya que su propuesta conceptual es una difícil de armar y explicar.


Desde el comienzo, el film pretende atrapar e impactar al espectador con complejidades narrativas y el uso del shock en su propuesta estética. Mientras el film avanza, la convergencia entre ambos elementos se vuelve cada vez más compleja transformando lo que inició como un simple thriller en un rompecabezas complejo que exige la atención del público para su completa comprensión.


La principal pieza que forma éste cuadro llamado “Animales Nocturnos” se trata de la narrativa metadiegética que maneja, o en otras palabras, una historia dentro de otra historia. La trama se centra en Susan, interpretada por Amy Adams, una empresaria dueña de una galería de arte moderno que queda impactada al leer un manuscrito que le envía su ex esposo Edward, interpretado por Jake Gyllenhaal. En éste, se cuenta una historia alterna que describe el secuestro de una familia y la búsqueda de justicia por parte del patriarca.


Ambas historias se cuentan alternadamente. La historia de Susan, atrapada en el mundo real en el que la imagen y sustento es lo primordial, se presenta en un tono monótono e insípido, tanto en el diálogo como en el lenguaje visual que maneja. Por otra parte, la historia presentada en el manuscrito explota en intensidad. La historia de suspenso, lleno de violencia y dilemas morales termina por ser el atractivo principal del film ya que logra el objetivo de atrapar al espectador con su pequeña trama, gran trabajo fotográfico y la calidad actoral que contiene.


Cabe aclarar que las historias, aunque son lo que mueve a la película hacia adelante, no son los elementos principales a ver, son solo un medio para llegar al punto central del film. Aprovechando el famoso dicho de que cada artista retrata su propia vida en el arte, se comienza a notar que tanto la historia de Susan como la novela de Edward cuentan poco a poco la perspectiva que cada uno tiene de su relación pasada. Susan es constantemente descrita como una persona seria, poco creativa y monótona mientras que Edward se presenta como un personaje apasionado y sensible. Es por ello que así como existe un contraste visual en cada una de las historias, existe un contraste que cuenta poco a poco la historia subjetiva de la relación emocional que hay entre Susan y Edward. Mientras más se adentra uno en la trama, más se adentra en los personajes.


Resulta complicado describir en su totalidad éste concepto sin describir puntos importantes de la trama. Solo queda concluir que éste thriller estético es una experiencia cinematográfica no pensada para todo tipo de público. Es una película que cuenta con demasiados elementos dentro de su propuesta que se necesita un profundo análisis para su completa comprensión. Por ello es que “Animales Nocturnos” resulta ser una de las películas mejor estructuradas y armadas de 2016. Aún desafiando al espectador en muchos sentidos, es una experiencia que queda marcada tiempo después de que los créditos comienzan a correr.


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