Crítica: "Jason Bourne" de Paul Greengrass
- Luis Javier Sanchez Gomez
- 30 ago 2016
- 2 Min. de lectura

Primera vez publicado en Periódico El Mexicano el 29 de agosto de 2016.
El director Paul Greengrass se ha caracterizado, a lo largo de su carrera, por lograr plasmar en pantalla películas de acción excelentemente realizadas y, a la vez, abrir reflexión en el espectador acerca de temáticas políticas. “Vuelo 93” (2006) y “Capitán Phillips” (2013) son claro ejemplo de su talento como realizador y han logrado que el director inglés se haya ganado el respeto del público en general y la crítica. Sin embargo, la fama de Greengrass se debe a su trabajo en la Trilogía Bourne. “La Supremacía Bourne” (2004) y “Bourne: El Ultimátum” (2007), con su elaborado guionismo, memorables escenas de acción y desarrollo de temáticas de espionaje y seguridad nacional en EU, le dieron su lugar en la comunidad cinematográfica.
Hoy, Greengrass revive ésta saga con “Jason Bourne”, película que resulta ser una satisfactoria pieza de entretenimiento. Parte importante de ésta continuación es que, aun teniendo toda una trilogía como antecedente, logra satisfacer tanto al fanático devoto como al nuevo espectador. Al tratarse de un ‘reboot’, la película es una presentación del memorable personaje para la generación actual. Por ello, el film es entendible para aquel que no tenga conocimiento de las pasadas entregas y, a la vez, mantiene la continuidad de la saga sin problema alguno.
Al igual que en las entregas anteriores, el centro del film no gira alrededor de la orgía de violencia gráfica que explota el género de acción moderno. En cambio, la película se toma su tiempo para ser desarrollada narrativamente. La cuidada construcción de su contexto, la presentación e interacción entre sus personajes, logra crear una efectiva tensión que culmina en excelentes desenlaces para cada una de las escenas presentadas. Esto, complementado con el trabajo realizado en la edición y diseño de audio, proporciona al público una dosis de adrenalina y suspenso, aun cuando el ritmo de la trama se torne lento.
Aunque “Jason Bourne” se caracteriza por su construcción narrativa, resulta desconcertante que, al llegar al clímax, haya un cambio repentino en su propuesta cinematográfica. Es claro que parte de lo que volvió a la saga famosa son sus escenas de acción con complicadas coreografías y montaje bien elaborado, pero en esta cuarta parte cambia por completo tal concepto al querer culminar con extravagantes explosiones y destrucción. Tal factor se muestra incompatible con el resto del film ya que pretende convertir éste inteligente thriller en una película de acción genérica.
“Jason Bourne” tal vez quede corta a comparación con la trilogía de la década pasada. Pero, dejando a lado las limitaciones ya mencionadas, funciona de manera efectiva como pieza cinematográfica independiente de su origen. Satisface, al mismo tiempo, como continuación, reinicio e introducción de la saga y Paul Greengrass sigue posicionado en el lugar que hasta ahora se ha ganado como realizador del género de acción.
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