Crítica: "Dos Tipos Peligrosos"
- Luis Javier Sanchez Gomez
- 12 jul 2016
- 2 Min. de lectura

Primera vez publicado en Periódico El Mexicano el 11 de julio de 2016.
Durante los años setentas, el Neo-Noir y la comedia ‘buddy cop’ formaban parte de una misma moneda del género policiaco. Por un lado, tenemos un tributo estético y temático a las películas de misterio de los cuarenta cargados de suspenso y dilemas morales. Por el otro, tenemos un concepto cómico efectivo con gran popularidad cinematográfica y que dominó el mercado televisivo hasta la década siguiente. El día de hoy tenemos a la película “Dos Tipos Peligrosos”, una fusión poco común pero con una perfecta ejecución.
En sí, éste film es un extenso tributo a ambos géneros y, a la vez, a la década en la que se sitúa. Shane Black logra un viaje a la época dorada de la música disco y el surgir de la industria pornográfica, elementos de gran importancia cultural en la California de los años setentas, gracias a su cuidadosa dirección de arte y musicalización. Estos elementos, junto con estética y arquetipos característicos del Neo-Noir con un tratamiento cómico del ‘buddy cop’, forman parte de una trama cuidadosamente armada para lograr hacer reír y mantener al borde de su asiento al espectador.
Aunque el film tiene su carga decente de elementos de suspenso y escenas de acción, no hay duda de que la astucia incluida en su humor negro es lo que domina. Un factor importante que aporta a esta característica es que el film no se toma tan en serio a sí mismo. Al tratarse de un tributo, el director aprovecha para hacer ridiculización de los clichés que normalmente se presentan en éste género, jugando así con las expectativas del espectador teniendo como resultado escenas hilarantes, irónicas e inesperadas.
A lo ya mencionado, no hay que excluir a los personajes, interpretados por Russell Crowe y Ryan Goslin, ya que el contraste creado entre ellos aporta lo más importante a la calidad cómica del film. Al tratarse de la interacción entre un personaje agresivo y racional, que es el de Crowe, interactuando con el personaje inexperto e infantil de Goslin, se pone la cereza al pastel del tributo del ‘buddy cop’.
Puede ser que muchos de los chistes presentados en el film pasen desapercibidos a simple vista. Aun así, al ver la película como una pieza de entretenimiento funciona de manera excelente. Pero si uno logra desglosar todas las referencias que el tributo quiere ofrecer, sin duda se vuelve una experiencia cinematográfica.
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