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Crítica: "Youth" de Paolo Sorrentino

  • Foto del escritor: Luis Javier Sanchez Gomez
    Luis Javier Sanchez Gomez
  • 21 jun 2016
  • 3 Min. de lectura

Primera vez publicado en Periódico El Mexicano el 20 de junio de 2016.

Queda muy claro que el aspecto principal del entretenimiento cinematográfico es el de formular y contar una historia. Desde sus inicios, con la época dorada del cine mudo, el relato se ha vuelto el aspecto más importante para lograr atrapar al público dentro de “la otra realidad”. Con el paso del tiempo, el significado social del cine, sus aspectos técnicos y teóricos, han aportado métodos alternativos para su apreciación. Debido a esto, existen films que buscan transformarse en una experiencia única para el espectador; en lugar de contar una historia, se proponen a ser piezas artísticas por medio de fina estética y significado conceptual profundo. Si uno ha tenido la oportunidad de ver “Gritos y Susurros” (1973) de Bergman o, un ejemplo más reciente, “El Árbol De La Vida” (2011) de Malick, sabrá a qué se está refiriendo. En este caso, “Youth” se une a esta categoría cinematográfica.


En el film, Paolo Sorrentino nos lleva de la mano en un viaje filosófico. Como ya se mencionaba, el aspecto narrativo queda en segundo plano ya que tiene una estructura ambigua, formada por el azar de los momentos que suceden alrededor de los personajes principales. Lo que tiene capacidad de atrapar, de manera casi instantánea, al espectador es su fuerza estética. La fotografía hace resaltar la dirección de arte formado por la decoración de locación, arquitectura, sueca e italiana, y equilibrada paleta de colores, siendo los colores blanco y dorado los dominantes de la propuesta estética. A la vez, muestra hermosos paisajes en los Alpes Suizos, resaltando así dos lados de una misma moneda: La belleza creada por el hombre y la belleza natural que nos rodea.


Lo ya mencionado sirve como un complemento para la tesis que el film propone, una pregunta que los cineastas han tratado de poner en pantalla durante décadas, ¿Cómo se aprecia la vida en su totalidad? Para poder aterrizar ésta idea, cabe destacar que los personajes principales son un par de personas mayores, un músico compositor retirado y un director de cine escribiendo su vigésima película, con una fuerte amistad. Ambos contrastan en su perspectiva individual de la vida. El músico menciona que ya no tiene sentido el seguir viviendo ya que todo lo hermoso quedó en el ayer mientras que el director de cine olvida su pasado ya que está interesado en llegar a la trascendencia por medio de su arte.


Mientras el film avanza, se nota un claro contraste entre ellos y los diferentes personajes jóvenes incluidos en la trama. Los mayores se mantienen estáticos y nostálgicos mientras que los jóvenes muestran con energía y deseo. Es en la interacción de estos dos conceptos en el que se da a conocer que la vida no es una cosa única y definida, es una colección entera de experiencias y perspectivas que está en constante evolución, independientemente de la etapa de vida. En un futuro llegaremos a nuestros últimos años, pero aun así la vida sigue, es una experiencia humana sinfín de la que formamos parte.


Existe una escena en la que un doctor le dice al músico que lo que le queda para el futuro es juventud. De esta manera, el film cierra su construcción conceptual poniendo a la vida como la máxima expresión artística existente, se aprecia el pasado, se percata el presente y se crea expectativa para el futuro.


Puede que “Youth” no sea una película fácil de ver para todo público y que su mensaje sea uno muy complicado de desglosar y discutir. Pero no hay duda de que Sorrentino ha proporcionado una experiencia cinematográfica única. Es una de muy pocas películas que se puede llegar a considerar como una pieza de arte, ya que su naturaleza es con fines apreciativos más que de entretenimiento. No hay más que decir que se trata de un film hermoso.


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