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Crítica: "¿Qué Culpa Tiene El Niño?" de Gustavo Loza

  • Foto del escritor: Luis Javier Sanchez Gomez
    Luis Javier Sanchez Gomez
  • 17 may 2016
  • 3 Min. de lectura

Primera vez publicado en Periódico El Mexicano el 16 de mayo de 2016.


En esta última década, las comedias mexicanas no han aportado alguna relevancia en cuestión de calidad cinematográfica. Se ha visto, últimamente, que la comedia en el cine mexicano se ha basado en el reciclaje constante de referencias televisivas, cultura popular y vulgaridades. Tal es la frecuencia de estos elementos que parece que han llegado a verse, por parte de los realizadores, como chistes “originales y relevantes”. A la vez, es desconcertante pensar que esto sea uno de los mayores creadores de la mala fama del cine mexicano y haga que el público dé por hecho, y de manera negativa, lo que va a ver antes de sentarse en la butaca. Volviendo unos años atrás, “Nosotros Los Nobles” (2013) rompió estos paradigmas, con una excelente escritura, buena construcción de personajes y su representación acertada de la sociedad mexicana moderna, volviéndose así la producción más exitosa a nivel nacional de los últimos tiempos. Sin embargo, se dio un paso atrás cuando “No Se Aceptan Devoluciones” (2013) le arrebato tal título demostrando que la industria está interesada más en continuar por el camino fácil en lugar de ofrecer novedades.


“¿Qué Culpa Tiene El Niño?” se encuentra en un punto intermedio ya que, a comparación de la mayoría de las comedias nacionales, ésta se enfoca en desarrollarse como una comedia de situación. En sí, el contexto de la trama, que trata de una mujer embarazada accidentalmente por un muchacho de diferente clase social, y la interacción entre la variedad de personajes ya hacen que las escenas sean graciosas y efectivas por si solas sin necesidad de rematar con un chiste. Desgraciadamente, aunque la mayoría de la comedia se desenvuelve de esta manera, no se pudo evitar el uso de vulgaridades y malas palabras como el punto cómico máximo de cada escena. A la vez, el uso de la comedia de situación pierde fuerza mientras la trama avanza y se sustituye por los cuestionables y reciclados clichés de la comedia romántica.


A pesar de la incongruencia y poca nitidez en su construcción cómica, “¿Qué Culpa tiene El Niño?” no es una película desechable debido al excelente desarrollo sus personajes principales y la temática central. Maru y Renato, interpretados por Karla Souza y Ricardo Abarca respectivamente, mantienen una interacción efectiva debido al gran contraste que hay entre ellos. Maru funciona como el lado racional, maduro y frio de la situación mientras que Renato aporta el lado sensible e irracional. Es debido al constante choque de ideologías y la interacción en sus respectivos círculos sociales que se desarrolla una amplia evolución en ambos personajes y se crea una efectiva exploración de los diferentes factores emocionales y psicológicos de la pareja al enfrentarse a un embarazo no deseado.


Aunque la aproximación de la temática no pretende ser compleja, debido al género al que pertenece la película, éste se percibe de manera natural y humana durante las diferentes escenas en lugar de caer fácilmente en lo artificial de la situación. De este modo, el espectador logra empatizar con la pareja en cuestión y desea ansiosamente llegar a una conclusión positiva. Se debe ovacionar el hecho de que ambas interpretaciones sobrellevan el film de manera emocional aun teniendo una gran variedad de personajes que tratan vagamente de robar la atención con el factor cómico.


“¿Qué Culpa Tiene El Niño?” no es una innovación en la comedia mexicana como “Nosotros los Nobles” pero tampoco es algo que se deba crucificar como “No se Aceptan Devoluciones”. Aunque las críticas se mantienen en un nivel mixto, el film en sí logra el objetivo que pretendía tener desde el comienzo, entretener y lo hace con tal efectividad que es digna de presenciarse si se quiere pasar un buen rato.


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