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Crítica: "En Primera Plana" de Tom McCarthy

  • Foto del escritor: Luis Javier Sanchez Gomez
    Luis Javier Sanchez Gomez
  • 23 feb 2016
  • 3 Min. de lectura

Primera vez publicado en Periódico El Mexicano el 22 de febrero de 2016.

En el transcurso del primer siglo del 7mo arte, el cine de “No Ficción” ha evolucionado y adquirido una presencia importante en la industria cinematográfica actual. Los escritores y realizadores modernos toman en cuenta el poder que una película tiene para llevar una historia más allá de los fines de entretenimiento. Filmes como Juego de Traiciones (2010) o Francotirador (2013), son ejemplos claros del género “No Ficción” con aproximación reflexiva ante problemáticas sociales y políticas contemporáneas, proporcionando elementos narrativos para diversión del público. El caso del drama periodístico En Primera Plana (2015), a comparación de las ya mencionadas, trata de una película que no busca ser vista como una anécdota hollywoodense con villanos y héroes, si no como una representación testimonial.


En el film, se recrean los hechos sucedidos durante la investigación realizada por el equipo Spotlight de The Boston Globe con respecto a los diferentes casos de abuso sexual por parte de la iglesia católica estadounidense. Esta temática es muy difícil de llevar a cabo en la pantalla grande debido a que, en la mayoría de los casos, el enfoque que se le da a la problemática se inclina por ser una expresión morbosa con pretensiones sensacionalistas. Aun así, al momento de ver En Primera Plana, se puede notar que el director, Tom McCarthy, piensa muy bien en este aspecto y se mantiene alejado de tal enfoque. La cuidadosa exposición de la temática, y el nivel casi nulo de elementos sensacionalistas son destacables, ya que esto aproxima al espectador a una intención analítica y fomenta la reflexión social y moral del conflicto principal. Cabe mencionar que el desarrollo de cada uno de los personajes, transmitido a través de las excelentes actuaciones por el elenco, proporciona diferentes perspectivas y conceptos metafísicos (como redención, justicia, culpa y fe) a la problemática expuesta haciéndola una película con gran calidad discursiva.


Pero, a todo esto, ¿cuál es el análisis sociológico que el testimonio pretende comunicar? Por lo regular, la interpretación que le da el público a En Primera Plana, es la visión de la Iglesia católica como un antagonista corrupto y toma las intenciones narrativas como una invitación a derrocar a la aristocracia, sin embargo esa es una aproximación superficial. El film se acerca más hacia una crítica de las sociedades en las que la iglesia católica tiene considerable presencia e influencia en el sistema político y cultural. Incluso se puede ver por medio de la arquitectura en la ciudad de Boston que muestra la película, McCarthy expone los paisajes urbanos en los que la Iglesia tiene una omnipresencia evidente (las instituciones siempre dentro del cuadro durante la toma abierta).


Considerando lo mencionado, el film, prácticamente, es una invitación al pensamiento objetivo de la problemática, a la separación de la fe y la política. La temática de la pedofilia es solo un parte aguas que se transforma en una cátedra acerca de negligencia moral, no solo por parte del sistema aristocrático, sino también por parte de la comunidad. Se transmite un gran mensaje acerca de la universalidad de la justicia. Un individuo o institución, por su estatus político o social, no es inmune a la ética social y debe afrontar las consecuencias de sus actos ilícitos, pero a la vez el primer paso debe ser tomado por la víctima de tales actos. Bien lo dice el eslogan, “rompe el silencio”, y en este caso la película explora, de manera clara y precisa, tal pensamiento a través de la interpretación de la comunidad callada por influencia de la aristocracia y su percatar de la verdad como herramienta de justicia.


Con todo esto sobre la mesa, En Primera Plana demuestra ser una película que debe verse por todo el público, no solo por su alta calidad cinematográfica, sino también por su capacidad testimonial y analítica ante un capítulo degradante de la sociedad contemporánea. Es una de las películas más importantes del 2015 y una de las mejores del género “no ficción” y drama periodístico de la década.


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